Un clásico de carretera: las empanadas de queso de Huentelauquén

Empanadas, IV Región de Coquimbo

Si pensamos en clásicos de carretera camino al norte, entonces merece dedicarle un artículo a las empanadas de la Hacienda Huentelauquén.

Su nombre proviene del pueblo homónimo, a 35 kilómetros al norte de Los Vilos, en ese punto de la Ruta 5 Norte donde el paisaje se va tornando amarillento y las montañas se retranquean hacia el oriente.

La producción de queso ovino en la zona data de 1947, pero la actual Hacienda Huentelauquén comienza en 1961, fundada por Carlos Vial Espantoso tras la división de la Sociedad Agrícola Ganadera Los Vilos (SAGAVILO). Aprovechando el clima templado y constante durante todo el año que permite una alta calidad del pasto que comen las vacas, la hacienda se especializó en la producción de queso bovino y así Vial Espantoso acuñó «el afamado queso mantecoso de Huentelauquén» como eslogan oficial para referirse a su propia producción.

Sin embargo, no fue 1992 que la economía de Huentelauquén se diversificó con la apertura del restaurant Tía Vicky, al otro costado de la carretera, cocinando empanadas fritas del queso mantecoso que la compraban a la hacienda. Tras el éxito de la Tía Vicky, la propia Hacienda Huentelauquén abrió su local para vender sus maravillosas empanadas fritas de queso mantecoso ($1.200).

Cartel de precios de la Hacienda Huentelauquén en 2017. © El Picadista

Cartel de precios de la Hacienda Huentelauquén en 2017. © El Picadista

Además de néctar de papayas (o en conserva), bloques de queso, mantequilla y mallas de palta hass, La Hacienda solo vende estas empanadas de queso en un ordenado sistema de atención con número, la único fila que uno hace con ganas, y claro, no falta quien pregunte por otras empanadas. No, no hay otras. A esto se dedican y vaya que lo saben hacer bien. Sin miedo a decirlo, es la mejor empanada de queso frita que he comido en mi vida.

La empanada es contundente y comerse dos es pura gula. El bloque de queso al interior parece un ladrillo envuelto en masa. Sí, es muy generosa. Es frita, pero no aceitosa. El queo es suave, y no está totalmente derretido, pero gana elasticidad. Eso sí, hay que comerla en el momento. Imagino que recalentada en microondas horas después de un viaje en auto, camión, bus o bicicleta pierde toda su magia. Quizás recalentada en tostador de cocina, pero esa ya es otra historia.

Empanada de queso mantecoso de la Hacienda Huentelauquén. © El Picadista

Empanada de queso mantecoso de la Hacienda Huentelauquén. © El Picadista

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